miércoles, 8 de abril de 2015

Cuento para reflexionar

EL ELEFANTE ENCADENADO


Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacia despliegue de su tamaño, peso y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas clavada a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. 
El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Cuando tenía 5 o 6 años yo todavía creía en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: 
-Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? 
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta. 
Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde muy, muy pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado, y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía... Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. 
Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no se escapa porque cree -pobre- que NO PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...
                                                                            Jorge Bucay

10 comentarios:

  1. Aunque creas que no puedes, no dejes de luchar...quizás algún día lo consigas.

    MM

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  2. Nunca te rindas...vuelve a intentarlo.

    Erika.

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  3. Todo ser vivo merece estar libre.

    Sofía.

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  4. No dejes que el pasado se apodere de tu futuro.

    Polina.

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  5. Afronta tus miedos.

    Javi.

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  6. Es una historia tan tierna como conmovedora.

    Díaz

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  7. Nunca te rindas....si quieres algo lucha!

    Lily

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  8. No dejes que nada ni nadie marque tu futuro.

    Daro.

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  9. No encuentro palabras que expliquen las sensaciones que me han producido esta historia. Lo que sí tengo claro es que no debes dejar de intentar una y otra vez aquello que sueñes...seguro que algún dia lo alcanzarás.

    Angie

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  10. Nos sentimos muy orgullos@s de vuestros comentarios, es un placer leer opiniones y contagiarnos de vuestros sentimientos que sin duda son conmovedores para este "equipo".
    No dejes de participar y "hacerte mejor persona con nuestro blog"

    "Equipo Biblioteca"

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